El cuento de la reina que no sonríe

Soy Klaus de nuevo, hoy os traigo el cuento de Odesa.

Así quiero comenzar el cuento de Odesa…

Odesa vive en un Refugio. Como su nombre indica, un refugio es un lugar para refugiarse. Cuando ella llegó dejó de comer unos días, la tristeza de sentirse abandonada fue también su motivo, así que todo el mundo pensaba que le iba a pasar lo mismo que a Zulema, pero tras ese período negro, comenzó a animarse y a comer. Tanto que hasta engordó más de la cuenta y hubo que ponerla a dieta.

Ella se ha puesto como misión vigilar sus dominios. Y como es muy reina y muy suya prefiere dejaros ella misma unas palabras:

El refugio ha sido mi hogar desde que decidí recuperarme de la tristeza de mi abandono y darle otra oportunidad al ser humano. Allí vivo, allí pienso y como mi pienso, allí duermo y allí sueño. Me siento reina porque una fémina debe sentirse en todo momento reina de su propia vida y tengo una infinita paciencia y esperanza en encontrar un buen hogar para mí.  A cambio ofrezco… lealtad… consideración… respeto. Es lo que las reinas han de ofrecer. No sonrío, la vida no me da motivos para ello pero si me preguntarais cuál es mi sueño lo tengo muy claro, un buen hogar en el que sentirme reina y gata querida y yo mirándome a un espejo y diciendo, por fin Odi… sonríes y… es de felicidad.

Y así, sin añadir más, termino yo mi propio cuento.

No es vida feliz para un gato vivir en un refugio, a los gatos que ya han conocido un hogar, refugiarse en un refugio les oprime y hace mella. Los que abandonan en perreras enferman o mueren y los que sobreviven en la calle malviven, terminan su vida con un atropello o mueren exhaustos y maltrechos en brazos de quién los ha rescatado. Así de sencillo y crudo es todo.

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Odesa sería feliz en un hogar en el cual pueda disfrutar de cada rincón sintiéndolo como propio, entrar en una habitación o subirse a un sofá o buscarse un acomodo digno de una reina, poner su mejor pose y dejar admirados, con sus cosillas de reina marajá de las siete vidas, a quienes convivan con ella. En el Refugio todo el mundo sabe que Odesa… es la reina… Porque, simplemente, en todo, se comporta como tal.

Yo he vivido en el mismo lugar en que ahora está ella y nunca lo pude llevar así, con esa dignidad. Yo también tenía libertad para campar a mis anchas pero jamás me tumbé en ese sofá cómo lo hace ella.

Y así comienza su sueño y así yo lo trasmito. Y ella os deja unas imágenes de su realidad.

Odesa en momento descanso en su sofá, como una reina en sus dominios.

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Odesa comportándose como una reina descansando sobre una silla, porque no importa dónde esté ella siempre se comporta como una reina.

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Odesa, en su cama de la media luna. A pesar de tener su «sofá» en algunos momentos ella considera que otros objetos son dignos de una reina y se los apropia, aunque en este caso sea una camita de cachorros, a ella eso le da igual, saber encajar perfectamente en cualquier tamaño con porte y distinción, porque una reina sabe amoldarse a todo perfectamente y aquí la teneis, con los ojos abiertos  y mirando de frente, con tristeza pero con el brillo de la esperanza… anhelando un reino de medias lunas ajustadas al tamaño de  sus deseos de hogar de verdad, de ser por fin… feliz y de sonreír sabiendo que nunca más la volverán a abandonar. Mientras tanto… se refugia.
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Si la quieres dar una oportunidad escribe a Felinos Bilbao y pregunta por ella o lee su ficha, hay algo en ella regio…esa mirada es aún muy triste,  pero es tan intensa  y real como sus sueños… yo sé que te conquistará y en un verdadero hogar esos ojos azules… por fin sonreirán.

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